El sur llama, el sur cautiva, el sur definitivamente enamora, tal vez por eso ha sido inspiración para tantos.
Luego de 9 años, al fin fui a visitar a mi querida amiga, Yanela. Desde 2010, mi grupo de amigos del colegio se repartió por Chile, sin embargo, eso no ha sido impedimento para mantener nuestra relación. La que, dicho sea de paso, se ha cultivado en gran medida en base a viajes. Y, por lo tanto, esta escapada en Temuco no sería la excepción.
Viajar entrega un «algo», un «no sé qué», difícil de definir y explicar. Quizás lo único medianamente cierto que pueda decir, es que se generan un conjunto de experiencias invaluables, las que al ser compartidas, generan un vinculo mayor, una conexión algo más intima. Por eso me encanta viajar acompañado.
En fin, sin perder el hilo del post divagando con las múltiples ideas que llegan al escribir, quiero dedicar un párrafo de agradecimiento a “Chapulin”, un pequeño citycar color rojo, con el que pudimos llegar a todos lados! Afrontó los caminos más complicados, la lluvia, empinadas subidas, y las curvas más peligrosas de excelente manera. Y es importante mencionarlo, pues la experiencia de ambos conductores, sin duda no fue el factor decisivo.
En esta pequeña escapada les contaré sobre la experiencia realizar trekking en el Parque Nacional Huerquehue, en búsqueda de carpinteros y milenarias araucarias, así como la impagable experiencia de descansar en las cálidas aguas de las Termas Geométricas.
Espero les sirva de ayuda, si desean realizar un viaje similar. Es una opción económica (dios bendiga los vuelos low cost!), y más aún si tienen un amig@ por allá! (pd. Gracias amiguita por aguantarme una semana).
Aquí algunas fotos, para que se enamoren del lugar!